lunes, 26 de abril de 2010

¿Cómo usar el blog?

Algunas cuestiones a tener en cuenta:
En la columna más grande, (la que estas leyendo) siempre apareceran las notas, convocatoria a debates, artículos de interes. Pero como dijimos, somos muchos, ya que aquí nos encontramos estudiantes de distintas materias, por lo que no todo lo publicado va a ser para todos, sino que tendrá su público exclusivo, sin desmedro de que aquellos estudiantes curiosos y ávidos de conocimiento puedan leer TODO!
Entonces:
¿Cómo sabemos que tenemos que leer y/o hacer?
Por las etiquetas: fijense en la columna de la derecha, bajo el título "Etiquetas" está el nombre de las distintas materias:
Epistemología para  Epistemología e Historia de las Ciencias Sociales
Fundamentos para  Fundamentos teóricos de la Investigación en Ciencias Sociales y
PFP I para  Perspectiva Filosófico-Pedagógica I
Haciendo clic en el nombre respectivo, aparecerá en ésta columna,(la más grande, la de la izquierda) las notas correspondientes a la materia que ustedes cursan.
Otra cosa que puede aparecer, es un enlace dentro de una nota. El enlace puede llevarlos tanto a una página web, un blog o a charlar con Platón!... no! era chiste, tanto no ha logrado aún avanzar la ciencia!!!  Bueno, ánimo! no quiero ver caras como éstas!!!

domingo, 25 de abril de 2010

Libro: "Epistemología de las ciencias sociales" de Guillermo Briones


Epistemología
de las ciencias
sociales
Guillermo Briones

Capítulos 3 y 4


La construcción
epistemológica
de las ciencias sociales

Pág. 43 a 49

Introducción
Como lo adelantamos en las primeras páginas de este módulo, la segunda unidad está destinada a tratar el dilema principal que se dio en la construcción de las ciencias sociales, centrado, en términos generales, en la elección del modelo de las ciencias naturales para esa construcción o en la elección del modelo que tienen las ciencias de las cultura.
Cada uno de esos modelos tiene, desde el punto de vista de la epistemología, varias diferencias sustantivas, como los lejanos horizontes filosóficos en los cuales encuentran su último fundamento,la caracterización del objeto de conocimiento, a las cuales deberían referirse las ciencias sociales, la estructura de sus teorías, de sus métodos y técnicas y, el principal de ellos, que distingue netamente dos tipos de ciencias sociales, la finalidad última de la investigación social.
En el proceso de construcción de nuestras ciencias, que se inicia en forma fundamentada y sistemática desde mediados del siglo pasado, el dilema que se da respecto de la finalidad última de las ciencias sociales y, en términos específicos, la del objetivo de la investigación social, se compone de dos propuestas antagónicas. Por un lado, están los científicos sociales para quienes la finalidad última de estas ciencias es la de explicar los fenómenos que estudia; por el otro, están los científicos sociales para quienes esa finalidad es la de comprender o interpretar los fenómenos de la realidad social. En ambos casos, esa finalidad implica un método diferente que, en general, es el de las ciencias que les sirven de modelo. Pero, repetimos, la diferencia esencial se expresa en la forma de dar cuenta de los resultados que obtiene la investigación que se realiza en cada una de las ciencias sociales.
Si bien, como dijimos en el párrafo anterior, la confrontación de esas dos posiciones se empieza a dar en forma directamente opuesta desde mediados del siglo pasado y llega hasta nuestros días. La diferencia entre explicación e interpretación se remonta, como lo señala Von Wright, a dos grandes tradiciones dentro de la filosofía de la ciencia: la tradición aristotélica y la tradición galileana (Explicación y comprensión. Madrid, Alianza.1980). La primera tiene su punto de partida en Aristóteles, para quien la investigación científica de los fenómenos sólo termina cuando se da una razón de su ocurrencia, es decir, cuando se los puede comprender. Si bien el filósofo usa el término explicación, no consideraba la explicación en términos de causas materiales, sino en términos de causas finales, de naturaleza teleológica que pudiera dar cuenta, en forma clara, con qué fin ocurrían los fenómenos biológicos y materiales. Como se podrá apreciar en el tercer capítulo de esta unidad, esa concepción aristotélica de causa tiene semejanzas con la búsqueda la comprensión y la interpretación que se da como una de las alternativas de construcción de las ciencias sociales iniciada desde el siglo XIX.
La otra tradición, la galileana, si bien tiene raíces muy antiguas en la filosofía griega,encuentra un representante destacado en Galileo (siglo XVII) , en la considerada como “nueva ciencia”, y define la explicación científica como aquella que se da en términos de leyes causales que pueden ser expresadas en términos matemáticos. Las hipótesis causales tendrán valor explicativo cuando sus enunciados coincidan con la observación de la realidad efectuada con el análisis experimental.
El capítulo 2, que inicia la unidad, muestra el desarrollo histórico de la opción de tomar como modelo de las ciencias sociales el de las ciencias naturales en cuanto ese modelo, además de estar estructurado por teorías, tiene como función final explicar los resultados de la investigación. Veremos, sin embargo, que si bien se mantienen las características básicas de la explicación, se dan importantes diferencias en sus primeras formulaciones hasta llegar a una definición comúnmente aceptada de tal concepto .
En el capítulo 3, se hará una presentación paralela de la construcción de las ciencias sociales como ciencias que buscan la comprensión o la interpretación de los fenómenos que estudian. Veremos también cómo ese concepto es utilizado en formas muy diferentes por los principales representantes de tal modelo sin que, como en la alternativa explicativa, se haya llegado a un acuerdo sobre el significado de la comprensión y de la interpretación.

Capítulo 3
La explicación en las ciencias sociales

Conforme a lo expresado en la introducción de esta unidad, en este capítulo haremos una presentación resumida del concepto de explicación, en algunos de los principales representantes que tienen como modelo el de las ciencias naturales para construir las ciencias sociales.

Comte: La búsqueda de leyes invariantes
Augusto Comte ( 1798 - 1857 ) es considerado el primer representante del positivismo, especialmente por quienes atacan la propuesta de construir las ciencias sociales de acuerdo con el modelo de las ciencias sociales, aun cuando el término “positivista” abarca otros puntos de vista que nada tienen que ver con la doctrina comtiana.
Las obras de Comte Curso de filosofía positiva y Discurso sobre el espíritu positivo contienen lo esencial de su filosofía de las ciencias. En ellas, afirma que el verdadero conocimiento es el proporcionado por las ciencias y rechaza, consecuentemente, todo conocimiento que no proviene de los hechos, especialmente el formado por elaboraciones metafísicas.
El espíritu positivo (el positivismo comtiano) se apoya en el conocimiento de las ciencias, todas las cuales deben utilizar un mismo método que es el método de las ciencias exactas físico-matemáticas. La ciencia así guiada permite dar explicaciones de los fenómenos estudiados al indicar la causa de ellos. A pesar de la importancia central dada a los hechos, formula una serie de leyes invariantes basadas en meras conceptualizaciones, apoyada en una “teoría” de la naturaleza humana, entre ellas la muy conocida ley de los tres estadios según la cual el desarrollo de la mente, el conocimiento y la historia del mundo pasaba por el estadio teológico, el estadio metafísico y el estadio positivo. En este último estadio donde los investigadores buscan las leyes invariantes en todas las ramas de las ciencias obtenidas mediante la teorización abstracta. Sin embargo, progresivamente, las leyes abstractas irán desapareciendo para ser reemplazadas por leyes más concretas.
Dentro de su positivismo, Comte tenía una concepción unificada de las ciencias ya que, según él, todas provenían de un tronco común lo que permitía clasificarlas según el principio de generalidad decreciente: primero, las matemáticas, como la ciencia más general; luego, la astronomía: después, la física mecánica, la química, la biología y, finalmente, la sociología o física social. Es de hacer notar que fue Comte el primero en utilizar el término sociología para referirse a la ciencia de la sociedad.

Marx: La explicación dialéctica
Como en los otros grandes constructores de las ciencias sociales, en Carlos Marx (1818- 1882) la explicación está comprendida dentro del método. De manera resumida, ese método se encuentra en el Prólogo de la contribución a la crítica de la economía política, El método de la economía política en Elementos fundamentales para la crítica de la economía política, en diversas consideraciones metodológicas que hace en El capital, Miseria de la filosofía y en La ideología alemana.
Para comenzar, digamos que en todo momento Marx hace una distinción neta entre la realidad concreta y el pensamiento que se proyecta sobre esa realidad. Su filosofía materialista reconoce la primacía de lo real sobre la mente, sobre el pensamiento. Desde ese punto de partida afirma que lo concreto no es producto del pensamiento, sino que el objeto referido a la realidad que aparece en la mente es producto del pensamiento, que es la única manera de apropiarse de la realidad concreta.
Según Marx, toda la realidad social está sometida al movimiento dialéctico que significa un proceso permanente de contradicciones (por ejemplo, contradicción entre las fuerzas de producción y las relaciones de producción, entre la burguesía y el proletariado). Ese proceso es, considerando las circunstancias históricas concretas, lo que debería formar el objeto general de estudio de la investigación social, pero en términos específicos, como lo intenta en El capital, el objeto consiste en descubrir la ley que preside el movimiento de la sociedad moderna.
Sobre las relaciones entre la realidad concreta y la conciencia, por un lado, y las contradicciones que se dan en el desarrollo de la historia social, dice Marx:
En la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual, en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que una expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica, se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella ...
... del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de revolución por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicar esta conciencia por las contradicciones de la vida material,por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción.
Carlos Marx. “Prólogo a la contribución de la crítica de la economía política” en C. Marx /F. Engels. Obras escogidas. Moscú: Editorial Progreso s/f, pp. 182-183.

En el proceso dialéctico de acciones y contradicciones, los fenómenos sociales están relacionados entre sí en una causalidad dialéctica, según la cual uno de ellos puede ser la causa de otro, pero, a su vez, éste puede actuar sobre su causa. Es decir, en la sociedad, y en términos históricos, se da una causalidad recíproca. Pero, en la sociedad concreta nada está totalmente determinado, menos aún, las formas que tomará la relación entre la acción y la correspondiente reacción. Por ejemplo, el socialismo no se dará inexorablemente, sino que requerirá la acción política permanente del proletariado para que así suceda.
La concepción materialista de Marx aparece reafirmada en su compañero Engels, como se aprecia en esta cita: “Nosotros retornamos a las posiciones materialistas y volvimos a ver en los conceptos de nuestro cerebro las imágenes de los objetos reales, en vez de considerar a estos de tal o cual fase del concepto absoluto... Pero con esto, la propia dialéctica del concepto se convertía simplemente en el reflejo consciente del mundo real, lo que equivale a poner la dialéctica hegeliana cabeza abajo o, mejor dicho, a invertir la dialéctica, que estaba cabeza abajo, poniéndola de pie...” (F. Engels. Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana. 1888.) Con referencia a otro de los temas mencionados en la introducción a este módulo, hay que decir que para Marx no es posible separar los valores del investigador de los hechos o fenómenos sociales que estudia.


Durkheim: La explicación por causas

El sociólogo francés Emile Durkheim (1858 - 1917) es el principal representante del paradigma positivista en las ciencias sociales, según la asignación que se le hace desde las posiciones idealistas de esas ciencias. Si bien tiene influencias de Comte no comparte con él sus elucubraciones teóricas y filosóficas. Es, sí, un empirista y realista decidido para quien la sociología debe estudiar los hechos sociales, con profundas influencias, como Marx y Weber, en el desarrollo de las ciencias sociales.
¿Qué son, para Durkheim, los hechos sociales? En sus propias palabras:
“ .. consisten en maneras de actuar, de pensar y de sentir que están dotadas de un poder de coerción en virtud del cual se imponen a él ...” (E. Durkheim. Les Régles de la Méthode Sociologique París: Presses Universitarires de France, 1956, p. 5).
Durkheim distingue netamente entre hechos materiales y hechos inmateriales. Son estos últimos, con sus características de coerción, los que constituyen el objeto de estudio de la sociología. En palabras actuales, tales hechos corresponden a valores y normas internalizadas cuya coerción consiste en que su no cumplimiento lleva algún grado de menor o mayor sanción social.
Con relación a la explicación, el sociólogo francés dice que los hechos sociales deben explicarse por otros hechos sociales. La explicación, como lo dice en la misma obrametodológica ya mencionada, comprende tanto la causa que lo produce como la función que cumple.
Las reglas metodológicas de Durkheim fueron aplicadas en su obra El suicidio, reconocida como el modelo histórico del modelo causal multivariado que tuvo un amplio desarrollo en la metodología cuantitativa con el uso de modernas técnicas estadísticas aplicadas a la investigación por parte de Lazarsfeld, Hyman, Boudon y varios otros investigadores.
Su concepto de función social, entendida como la contribución positiva o negativa de un cierto hecho social (por ejemplo, el castigo) al mantenimiento o cambio de la estructura social, es el antecedente directo del funcionalismo de antropólogos como Malinowski, Radclffe - Brown y del estructural funcionalismo de Parsons y Merton.

Capítulo 4
Pág.57 a 61
La comprensión e interpretación en las ciencias sociales

En el capítulo anterior se plantearon diversas propuestas de construcción de las ciencias sociales para hacer de ellas ciencias explicativas. Si bien existe variación entre esas propuestas, en el fondo coinciden en que la explicación debe hacerse por la identificación de causas, asociada con un cierto fenómeno o con su deducción a partir de las proposiciones de una teoría. La excepción estaría dada por la explicación funcionalista.
Como podremos ver en este capítulo, en el otro extremo de la construcción de las ciencias sociales se propone hacer de ellas ciencias comprensivas o interpretativas. Pero, a diferencia de la propuesta explicativa, en este lado del dilema no se llega a una aceptación unánime de los conceptos de comprensión o de interpretación. Como se puede constatar al comparar tales conceptos en los principales representantes de esta alternativa que se presentan a continuación.

Dilthey: Las ciencias del espíritu
Tal vez la primera reacción contra la propuesta de construir las ciencias sociales como ciencias explicativas, tomando como modelo para su estructuración y metodología a las ciencias naturales, fue la del filósofo hegeliano Wilhem Dilthey (1833 - 1911). Para él, las que denomina ciencias del espíritu, como la historia y otras disciplinas que se ocupan de la cultura, deben tener un fundamento epistemológico diferente al que se le da a las ciencias naturales, pues mientras las primeras tratan con significados culturales, las segundas se refieren y estudian hechos externos. Frente a la explicación positivista, como denomina al objetivo final de las ciencias naturales, las ciencias del espíritu deben buscar la comprensión (Verstehen) de las expresiones culturales. Esta comprensión es posible porque el objeto de estudio no es algo externo al hombre sino que forma parte de su experiencia ya que las realidades espirituales o culturales han sido creadas por el hombre mismo en el curso de la historia. En el campo formado por tales realidades, el hombre se encuentra en un mundo que es propio de su esencia y puede, entonces, lograr su comprensión.

Rickert: Ciencia cultural y ciencia natural

Desde uno de los puntos de vista de la epistemología, la preocupación principal del filósofo aleman Heinrich Rickert (1863 - 1936) está dirigida a encontrar la diferencia básica entre las ciencias naturales y las que él denomina ciencias de la cultura, tema al cual está dedicado su libro Ciencia cultural y ciencia natural, de 1910. Esa diferencia la encuentra en los distintos métodos que utiliza cada uno de esos tipos de ciencia. Para Rickert, las ciencias naturales emplean el método generalizador, constituido por conjuntos de procedimientos que buscan conocimientos generales de los objetos hacia los cuales se dirige su investigación. En sus palabras:
“Conocer la naturaleza significará... formar con elementos universales conceptos universales, y, cuando sea posible, pronunciar absolutamente universales (juicios) sobre la realidad, esto es, descubrir conceptos de leyes naturales cuya esencia lógica incluya el no contener nada de lo que se encuentre solamente en tal o cual proceso singular e individual” (Op. cit. pp 77 de la edición de Espasa Calpe Argentina de l943).
En resumen: las ciencias naturales son, para Rickert, disciplinas que buscan la formulación de generalizaciones sobre los objetos que se estudian, es decir, buscan formular leyes. Con la denominación de Windelband, tales disciplinas son ciencias nomotéticas. Ahora podemos preguntarnos cuál es el método propio de las ciencias culturales. La respuesta de Rickert es la siguiente: es el método individualizador o idiográfico. Las ciencias culturales o históricas, en sentido amplio, no buscan generalizaciones, no pretenden formular leyes: su tarea consiste en la búsqueda de singularidades, de los aspectos particulares que individualizan un determinado fenómeno. En palabras del autor: “La realidad se hace naturaleza cuando la consideramos con referencia a los universales (a sus aspectos generales, comunes a todos los individuos de una clase. G. B). Y, en consonancia con ello, quiero oponer el proceder generalizador de la ciencia natural al proceder individualizador de la historia ”. (Op. cit. pág. 98).

Max Weber: Los tipos ideales

Las obras metodológicas del sociólogo alemán Max Weber (Economía y sociedad, 1922; Ensayos sobre metodología sociológica, etc.) se inscriben, en parte, en el contexto de las preocupaciones de Dilthey, Rickert y Windelband, relativas a establecer las diferencias fundamentales entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias sociales. Con Dilthey, se consideraba que toda disciplina que se ocupara ya sea de fenómenos psíquicos, sociales o físicos era ciencia. Pero, en contradistinción con ese autor, Weber no creía que la referencia a significaciones y valores, por parte de las ciencias sociales o culturales, las colocara en una clase diferente de aquellas ciencias que establecen leyes causales. En oposción a Rickert, no colocaba a la ciencia natural y a las ciencias sociales, en general, en campos opuestos en cuanto a la precisión del conocimiento logrado, pues estas últimas pueden lograr esa condición con el uso de un procedimiento tipológico y, como lo veremos luego, porque las ciencias sociales pueden lograr un tipo especial de explicación mediante la construcción y uso de tipos ideales.
Weber caracterizaba a las ciencias sociales o culturales como disciplinas que analizan fenómenos de la realidad en términos de su significación cultural, significación que nada tiene que ver con una ley general. La significación deriva de una orientación valórica del sujeto hacia ciertos eventos que los convierte en objetos culturales. Esos eventos son los que constituyen el objeto de estudio de las ciencias sociales y culturales. Por un lado, el investigador de estas ciencias está interesado en comprender la individualidad de un determinado fenómeno social (la iglesia, el cristianismo, el protestantismo, la burocracia, etc.). Pero, también ese investigador debe explicar ese fenómeno, no con el uso de una ley, como en las ciencias naturales, sino con una explicación que se basa en una imputación causal, según la terminología de Weber. Tal imputación vincula efectos con causas mediante el uso de los tipos ideales, en la forma que se expone a continuación.
¿Qué son para Weber los tipos ideales? Respuesta: son construcciones intelectuales de un cierto objeto cultural (como los ejemplos dados anteriormente) que se forman por la síntesis de muchos sucesos concretos individuales arreglados de acuerdo con un cierto acentuado punto de vista del investigador y de acuerdo con la función que van a cumplir.
Esa construcción, demás estaría decirlo, no se encuentra en la realidad, es una construcción ideal. La definición que da Max Weber es la siguiente:
“Un tipo ideal está formado por la acentuación unidimensional de uno o más puntos de vista y por la síntesis de una gran cantidad de fenómenos concretos individuales, difusos, distintos, más o menos presentes, aunque a veces ausentes, los cuales se colocan según esos puntos de vista enfatizados de manera unilateral en una construcción analítica unificada... Dicha construcción mental, puramente conceptual, no puede encontrarse en ningún lugar de la realidad”. (Weber, M. Ensayos sobre metodología sociológica. Buenos Aires: Amorrortu, 1973).
La explicación que permiten los tipos ideales tiene la forma de una imputación causal mediante la cual se buscan las causas que pudieron dar origen a divergencias entre el tipo ideal de un cierto suceso –construido, como ya lo expusimos– y un suceso concreto, dado en el mundo real. Por ejemplo, frente al tipo ideal de la “burocracia” el investigador podría encontrar diferencias con un sistema burocrático concreto que se está investigando. El investigador, en tal caso, podría formular ciertas hipótesis causales de las divergencias y decir, por ejemplo, que ellas se deben a que los funcionarios actúan sin la debida información, que por ello cometen errores en su actuación, que los jefes no se preocupan de la actuación de sus subalternos, que las reglas de procedimiento no son claras, etc. Las características usadas como causas -adecuada información, despreocupación de los jefes, etc.- son elementos conceptuales que forman parte del tipo ideal.
Como se ha dicho, los tipos ideales contienen elementos de la realidad que son relacionados conceptualmente. Esa construcción del tipo ideal no se hace de manera arbitraria, sino que se hace de acuerdo con dos criterios principales. Uno de ellos es el criterio de la posibilidad objetiva el cual exige que la conceptualización que se haga para formar el tipo ideal debe de estar de acuerdo con las leyes de la naturaleza (por ejemplo, si es del caso, la forma de unir esos elementos no debe contradecir las leyes encontradas por las ciencias naturales).
El segundo criterio exige que los elementos deben elegirse de tal modo que unos elementos puedan servir de causa a otros elementos constitutivos del tipo ideal. Por ejemplo, la inclusión de la idea de “justicia” en un tipo ideal sólo se hará si es causalmente relevante para otro elemento de ese tipo, como podría ser determinada la conducta de las personas.
Para una mejor compresión del concepto, hay que tener en cuenta que Max Weber utiliza el término con cuatro significados o referentes distintos,que dan otros tantas variedades de tipos ideales. Ellos son:
1. El tipo ideal histórico. Es el tipo que se puede formular en una época determinada. Por ejemplo, el tipo ideal de libre mercado.
2. El tipo ideal de la sociología general. Es el tipo que se refiere a fenómenos que se dan a lo largo de todos los períodos históricos y en todas las sociedades. Por ejemplo, la burocracia.
3. El tipo ideal de la acción social. Es el tipo de la conducta de un actor determinado por sus motivaciones. Por ejemplo, la acción afectiva.
4. El tipo ideal estructural. Es la construcción intelectual que se refiere a causas y consecuenccias de la acción social. Por ejemplo, la conducta de dominación. Digamos, por último, que los dos momentos que hemos distinguido en el trabajo del investigador social –primero, una individualización del suceso estudiado, y luego, una imputación causal con base en el correspondiente tipo ideal– corresponde al esfuerzo de Weber por encontrar un campo intermedio entre el conocimiento idiográfico y el nomotético. “Weber creía que los sociólogos tenían una ventaja sobre los científicos naturales: esa ventaja residía en la capacidad de los sociólogos para comprender fenómenos sociales, mientras el científico natural no podría lograr una comprensión similar del comportamiento de un átomo o de un componente químico. La palabra alemana para comprensión es verstehen. Weber le daba a ese término un uso especial en sus investigaciones, lo que hacía de él una de sus más famosas, y sin duda la más controvertida, de sus aportaciones a la metodología de la sociología contemporánea. La cuestión clave al interpretar lo que Weber entendía por verstehen es si éste pensó que era la aplicación más apropiada para los estados subjetivos de los actores individuales o para los aspectos subjetivos de las unidades de análisis en gran escala, por ejemplo, la cultura” (George Ritzer. Teoría sociológica clásica. Madrid: McGraw - Hill, 1993, pp. 251 - 252). Hay investigadores para los cuales la verstehen debe considerarse a nivel de los individuos, mientras que otros interpretan el concepto como una técnica para comprender la cultura, con carácter macro. Conviene tener en cuenta, en todo caso, que la primera acepción de la “comprensión” sirve de base teórica al interaccionismo simbólico, y la segunda, al funcionalismo de Parsons.

lunes, 19 de abril de 2010

Bienvenidos Estudiantes 2010!!!!

Bienvenidos a todos los estudiantes!!!
Comenzamos este año que espero sea de mucho provecho para Ustedes, compartiendo este espacio que construiremos juntos.
Este será el lugar donde les colgaré materiales de lectura para la cursada, algunos obligatorios, otros de apoyo.
También los convocaré al debate , la reflexión o el comentario de artículos de distinta índole.   
Pero, por sobre todo, será el lugar donde les dejaré las novedades, recomendaciones para las clases, los trabajos y también avisos . 
Por supuesto que será el lugar donde Ustedes puedan preguntar, opinar, comentar y/o sugerir lo que crean necesario, siempre en un clima de respeto por las personas (compañeros y profesor/es) y los personajes con los que discutiremos.
Buen año para todos!!!!